jueves, 19 de noviembre de 2009

EL ESCENARIO Y EL CURRÍCULUM EDUCATIVO FAMILIAR

Mantenimiento. Promueve la actividad biológica/física.

Asegura la viabilidad, la integridad biológica y la supervivencia del organismo. El ambiente debe proporcionar los nutrientes y el cuidado de la salud apropiados para el organismo. Debe protegerle también de los agente nocivos como venenos, contaminantes, aditivos, alimenticios, drogas, etc.


Estimulación. Promueve la actividad cognitiva/atencional.

Aporta al organismo en todas las modalidades sensoriales, datos que capturan su atención y le proporcionan información sobre el mundo con la que alimentar sus funciones cognitivas. La estimulación moldea el curso del desarrollo a través de la influencia en el desarrollo neuronal (éste no se completa hasta los 10 o 12 años) asegurando conexiones nerviosas que desaparecerían si no fuera por la riqueza de experiencias ambientales. No obstante, las variaciones extremas en los niveles de estimulación (aislamiento o ambientes ruidosos) resultan ser muy perjudiciales.


Apoyo. Promueve la actividad social/emocional.

El escenario actúa contingentemente en las necesidades sociales y emocionales del organismo. Así, el ambiente debe ser reforzante (en un sentido proactivo) y responsivo (en un sentido reactivo), lo que va unido a la calidez de las relaciones. El apoyo proporciona el organismo en desarrollo un buen ajuste psicológico, un sentido de bienestar personal, confianza en el mundo y competencia en las relaciones con otros.

Estructuración y control como funciones reguladoras.

Permite presentar al organismo en desarrollo una organización óptima de objetos, sucesos, encuentros con los otros, actividades, etc. Articulados en el tiempo y el espacio. Así, por ejemplo, los ambientes predecibles y ordenados donde los hijos pueden establecer rutinas, les ayudan a aprender el significado y la función de las cosas, a saber nombrarlas, a memorizar mejor sus localizaciones, a resolver pequeños problemas. El desarrollo cognitivo de los niños depende de la cantidad y la calidad de los estímulos que reciben, cómo están organizados éstos en el espacio y en el tiempo. Asimismo, un ambiente estructurado es también importante para el funcionamiento socioemocional de los hijos cuando las circunstancias se evalúan como incontrolables y en continuo cambio generan unas altas dosis de ansiedad y depresión.
La función de control requiere seguimiento y supervisión de las actividades del organismo en desarrollo en su relación con las circunstancias ambientales, una supervisión sobre la detección de posibles problemas sociales, emocionales o de rendimiento; los hijos necesitan que el escenario educativo familiar cumpla las funciones que acabamos de señalar.

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